Antes de que Apple o Microsoft dieran señales de vida, una compañía revolucionó para siempre el mundo de la tecnología y, más específicamente, su vertiente lúdica. Hoy se celebran 50 años de la introducción de Atari en el registro de empresas de California, lo que vendría a significar el nacimiento oficial de una compañía que surgió de la nada y que acabó siendo el primer gran gigante de la industria del videojuego.
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Fue un 27 de junio de 1972 cuando Nolan Bushnell y Ted Dabney, después de varios intentos de registrar su empresa con un nombre que no estuviera ya en uso, recibieron el visto bueno del estado de California para bautizar a su recién creada compañía. El nombre "Atari" provenía del juego de mesa Go y era un término equivalente del “jaque mate” en este milenario juego de tablero chino.
Formalizada la empresa en Sunnyvale (California), Atari empezó a trabajar en el que acabó convirtiéndose en su primer gran éxito. Sin embargo, un año antes, Bushnell y Dabney ya habían hecho historia con otro videojuego. Y es que, en 1971, cuando Atari todavía no existía como tal, crearon Computer Space, una máquina recreativa inspirada en el seminal juego para ordenador Spacewar (1962) que, aunque no fue un éxito fulgurante, sí acabó teniendo el honor de ser el primer videojuego comercial de la historia.
Uno de los motivos por los que, probablemente, Computer Space no obtuvo el éxito esperado, fue su complejo (para la época) sistema de control. Así fue como, sobre la idea de crear un juego mucho más accesible, Bushnell encargó al ingeniero Allan Alcorn, a la postre el tercer trabajador de Atari, la creación de Pong, que acabaría convirtiéndose en el primer videojuego de éxito masivo de la historia.
Pongmarcó el camino de los primeros años de la industria del ocio electrónico. No obstante, el juego no fue una idea original de Bushnell, sino que surgió después de que este viera el prototipo del juego ping-pong que el ingeniero Ralph Baer había diseñado a finales de los 60, y que acabó comercializado en la que sería la primera consola doméstica de la historia, la Magnavox Odyssey lanzada también a finales de 1972.
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El éxito de Pong fue arrollador e hizo que el ascenso de Atari como compañía fuese uno de los más sonados en la historia de las tecnológicas norteamericanas. Poco tardaron otras empresas en fusilarlo con multitud de títulos clónicos –algo en parte merecido después de que Bushnell hiciera lo propio con el juego de Baer–, lo que llevó a la empresa a decidir liderar el incipiente negocio del videojuego. Además de otros juegos recreativos, Atari empezó a desarrollar consolas domésticas y hasta ordenadores personales.
Lejos de quedarse con los brazos cruzados, en Atari siguieron desarrollando juegos de gran éxito. Después de Pong llegaron Breakout (1976), Asteroids (1979), Battlezone (1980), Missile Command (1980), Centipede (1981), Tempest (1981)… A cada juego de éxito, la compañía capitaneada por Bushnell introducía todo tipo de innovaciones tecnológicas y mecánicas.
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Pero más allá de los juegos para salones recreativos, Atari también revolucionó el videojuego doméstico con la comercialización de la Atari 2600, una consola de humildes especificaciones, pero tan flexible para los desarrolladores que acabó vendiendo más de 30 millones en todo el mundo. No fue la primera consola en utilizar cartuchos, pero sí la que popularizó este soporte y dio alas al surgimiento de multitud de empresas de desarrollo independientes.
Como tantas otras empresas pioneras del videojuego, la famosa “crisis de 1983”, una fuerte quiebra que el sector vivió en Norteamérica a causa de la excesiva oferta de consolas, la baja calidad de muchos juegos y el auge de los ordenadores domésticos, interrumpió de forma abrupta el crecimiento de Atari. Su icónico nombre permaneció en el subconsciente colectivo de una generación, pero fueran otras compañías, en especial la japonesa Nintendo, las que tomaron el relevo a mediados de los 80.
A pesar de varios intentos infructuosos de volver a despuntar, Atari nunca volvió a recuperar el dominio del mercado que había tenido durante los 70. Aun así, su nombre siguió siendo una posesión codiciada por otras empresas que se hicieron con él y que han seguido jugando con la nostalgia que produce su icónica identidad de marca hasta día de hoy. De hecho, para hoy mismo, día en el que Atari celebra los 50 años de su nacimiento, se esperan varios anuncios relacionados con el primer gigante del videojuego.
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